Finales

Esperaba con ansiedad su llegada. Estaba llena de temores por lo que podría decir, si existía esperanza alguna. Sonó el timbre de la puerta y corrió a abrir. Ahí estaba. Instintivamente ella buscó la respuesta en sus ojos. La infinita tristeza que desprendían se la dio y su desasosiego se trasformó en angustia. Apenas acertó a preguntarle.
- ¿Qué te ha dicho?
- No hay expectativas para él –respondió su marido lleno de abatimiento- Se muere. Le quedan dos, tres meses a lo sumo- hizo una pausa- Me ha dicho que ahora está en la primera fase de la enfermedad pero que el deterioro es muy rápido y, lo que es peor, doloroso.
- ¿Sufrirá?
- Terribles dolores, inaguantables. Es como si todo su cuerpo, toda su estructura ósea, se rompiese en pequeñas fracturas –el horror en la cara de la mujer había aparecido imaginando el espantoso final que le esperaba a aquél ser querido. Al verlo, su marido continuó diciendo- Me ha dicho que, en cuanto aparezca el primer síntoma de la segunda fase él… - hizo una pausa para coger aire en una profunda inspiración- …él podría suministrarle un fármaco que acabase con sus sufrimientos. Le dije que tenía que consultarlo contigo. Espera nuestra llamada.
La mujer se dejó caer como un pesado fardo en el sofá. Asintió con la mirada perdida. Recordó, en ese instante de eternidad que se nos da cuando la vida se va, los buenos momentos pasados al lado de ese ser tan querido, la alegría que les había proporcionado y la lealtad con que les había devuelto el cariño que le profesaban. Pensó que no podía dejarlo morir de esa manera. A alguien que amas, no puedes tratarlo así al final de su vida. Su conciencia le decía, que ese tránsito a no se sabe dónde, debía ser para él lo más dulce posible, hurtándole todo posible sufrimiento. Así que consintió.
Su marido, con semblante grave, descolgó el teléfono para llamar al veterinario y comunicarles su decisión… Mientras, en la habitación de al lado, el padre del hombre, en un coma profundo desde hacía más de cinco años, con el cuerpo carcomido por las llagas, seguramente suplicaría desde su profunda inconsciencia, que también hubiese una llamada para él.
14 comentarios
Para Noa-, la bien leída -
Noa- -
No me da miedo la muerte de mis seres queridos, se que tiene que llegar, pero si le tengo pánico a que sufran na agonía horrible.
Para Noa-, remendando -
Para rebel, recuperando gratos recuerdos -
Noa- -
rebel -
besos
Para Eva, siguiendo el rastro -
Para Noa-, tratando de evitar lo inevitable -
Para noemí por la gentileza universal -
Para unamaruja, en la estricta legalidad -
Eva -
En cuanto al post... bueno, hace dos semanas me ví en el lugar se sacrificar mi perra, que era como mi otra niña... y me gustaría que si alguna vez (mejor que no se de ese caso) alguno de mis familiares "humanos" está en esa situación, pudieran darle la oportunidad de elegir una muerte tan digna. Seguiré pasándome por aqui.
Noa- -
noemi -
Beso.
unamaruja -
Yo hace tiempo hice una Declaración de Voluntades Vitales Anticipadas, por ahora es lo único legal que existe.